3.15.2006

Iconografía Crística II

Si nos fijamos en las más antiguas representaciones de Jesús, observaremos con curiosidad que casi son crípticas, ya que en tiempos de las persecuciones romanas, los fieles representaban a Jesús bien con iconografias como los peces (uno de los más antiguos), el cordero o las iniciales de su nombre.

En la Edad Media, conviene citar, no por ya sabido, que la idelogía imperante es la una sociedad que orbita alrededor de la idea de un Dios, y que empapa, penetra la idea religiosa en los aspectos mas nimios de la vida cotidiana.
El artista es anónimo, todavía no tiene ni el prestigio social ni el egoísmo de firmar sus obras, y se somete voluntario, con su arte todavía tosco y balbuceante, a formar una imagen de su Redentor, en toda su majestad, hierático, sin apenas emociones.

No obstante, tras esta primera mirada apresurada, podemos notar, al igual que todos los artistas que en distintas épocas le han sucedido, que además de hijo de su tiempo, es heredero de una tradición, por lo que en las representaciones de Cristo, existen atributos o caracteristicas tomadas de la imaginería greco-romana, asi como otras no tan evidentes judías o incluso egipcias.

Es curioso apercibir, por ejemplo, en diversas esculturas de Maria y Jesucristo infante, como se sigue el patrón egipcio de la matrona sedente dando de mamar o presentando al niño que lleva en su regazo, a imitación de Isis con Horus.

Igualmente podríamos ver como se rinde tributo a esa Tradición omnipresente en la postura de las manos y de cada dedo de ellas, remedando las ashanas hinduístas. De esa forma, se llama sutilmente al inconsciente-consciente del observador haciendo, como decíamos anteriormente, reclamo a las ideas preconcebidas de sentimientos como majestad, misericordia y perdón.

Para arrimar el ascua a mi sardina, te comento que es precisamente en el Pórtico de la Gloria, donde el maestro Mateo imprime por primera vez en el románico, espiritualidad, sentimientos a sus personajes, de tal forma que "los personajes hablan" y se comunican entre ellos en un lenguaje mudo a través de los siglos, que en ocasiones, todavía es inteligible para el espectador.

Podríamos decir, simplificando, que al artista de la Edad Media le mueve por encima de todo, un sentido "pedagógico" en sus obras.

Julio

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